viernes, 19 de noviembre de 2010

Presos de amor...

CADA VEZ QUE TE VEO.

La historia cuenta que un preso,
preso de su amor y preso su cuerpo,
no podía amar a su amor
y se estaba muriendo.

En alguna ocasión,
si las estrellas estaban de acuerdo,
alguna comunicación
o algún bis a bis secreto,
en el que se producía el encuentro
y entonces le cantaba el preso,
y le contaba sus desvelos.

Cada vez que te veo
me caigo al suelo,
al ver tus ojos,
al ver tus labios,
al ver tu pelo.

Cada vez que te veo
me desvelo, y no duermo
si en ti pienso,
si contigo sueño.

Cada vez que te veo
subo al cielo
al ver tu boca,
al ver tu cara,
al ver tu cuerpo.

Y cada vez que te veo
afloran mis recuerdos
y agradecido me siento
de haber sido tu fuego,
de que hayas derretido mi hielo,
del amor que siento
y de haber sido tu aliciente secreto.

Y si no te veo
me caigo al suelo,
y ya no me elevo,
todo cambia y me revelo.
Me duele el alma,
me estalla el cerebro.

Y si no te veo
me siento abandonado como un perro,
como un millonario sin dinero,
como un prismático tuerto,
como una cerveza sin cuerpo,
como el segundo sin el tercero,
destrozado, inútil, desubicado, enfermo.

Y necesito verte para no caer muerto,
y necesito tocar tu cuerpo,
sentir tu boca, gozar tus besos
y sentir lo que contigo siento.

Porque cada vez que te no te veo
me siento del corazón preso
y bastante tengo
con que esté preso mi cuerpo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario