viernes, 19 de noviembre de 2010

El tiempo nos hace descubrir nuestra verdad...

LA VERDAD ASOMA.

Esto que cuento no me lo invento,
fue con un personaje quintanareño,
no es de los que dicen digo y luego Diego,
por eso le aprecio.

Es un tipo con sueños,
de los que dicen “amigo”
y “la hostia puta”,
disfrutando contigo,
disfrutando con la música.

Tomando un cubata
con su media naranja,
compartimos un momento en la barra,
y como Don Quijote
y el Señor Panza
hablamos de nuestras andanzas…

Y llegamos a la conclusión
de que aquello que en mi interior cambió,
ya lo tenía dentro y sólo floreció,
que la sensibilidad ya la tenía yo,
y también el corazón,
aunque sólo ahora apareció.

Y pensamos que el tiempo
no hace cambiar a las personas,
sólo las descubre, les da otra forma,
y así, la verdad asoma.
No pienses que la verdad es otra.

Cuando llega el momento
de sacar lo de dentro,
descubres el camino
que vas recorriendo,
y escribes una novela
o quizás un cuento,
que es para todos la misma,
ya que en la vida convergemos,
en la vida nos veremos.

Así lo descubrí
en la esquina del Granero,
con un filósofo que no era griego,
y sí, sobrino de mi abuelo.
Sus lecciones son más sabias
que las del maestro,
las defiende con vehemencia,
le salen de dentro.
Esto que cuento no me lo invento.

El tiempo no hace cambiar a las personas,
sólo las descubre, les da otra forma,
y así, la verdad asoma.
No pienses que la verdad es otra.

Cuando llega el momento
de sacar lo de dentro,
descubres el camino
que vas recorriendo,
y escribes una novela
o quizás un cuento,
que es para todos la misma,
ya que en la vida convergemos,
en la vida nos veremos.

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